
Todo tiene un final, y un abrazo, lamentablemente no es la excepción. En estos días estuve pensando mucho, soy bastante impulsiva pero también tengo razonamientos, ideas y pensamientos laberínticos… “cabeza de abogado pero alma de artista” me dijeron alguna vez… con toda razón.
Soy de pensar mucho a futuro, pero esta vez pensé en el pasado, no pensé mal, ni con resentimiento, ni con bronca, ni imaginándome haciendo tal o cual cosa… me puse a pensar en todas las personas que me acompañaron en días trascendentales, que me dieron un abrazo, un beso, una palabra de aliento en el momento justo, una enseñanza para toda la vida… me puse pensar en ellas y también en ellos, y qué mejor forma de recordarlas que dándoles un abrazo…
Fue el 10 de marzo de 2005 cuando exploté, ¿en qué se convirtió mi vida?, ¿en qué se convirtió mi familia?, mamá, a mí me está pasando lo mismo, te entiendo tanto… en la escuela lloraba, lloraba, lloraba y no podía parar de llorar. Dos personas se me acercaron en ese momento, Mariíta, mi profesora de psicología y Bárbara, una aliada, no les dije qué me pasaba pero lo entendieron, el día anterior conocí a mis padres… “¿qué sentís?” me preguntaron “que el tiempo perdido no se recupera”, les contesté
Fue el 8 de enero de 2007, mientras estaba de viaje de egresados en Bariloche, cuando una avalancha de chicos cayó sobre mi cabeza, quedé sepultada minutos que se hicieron eternos, mis coordinadores, dos Diegos, todo ese día no se separaron de mí, se alternaban porque eran ellos y un grupo de 50 chicos más pero toda la noche que pasé en el hospital estuvieron al pendiente, contándome historias de la vida, de los viajes (que son las que más me gustan) y cuando pude comer, me trajeron chocolate y hasta que terminó el viaje me cuidaron como nadie… Uno de ellos guarda todavía la campera de ese viaje, manchada con la sangre que me caía de algún lugar de la cabeza… podría haberla tirado… pero sigue en su armario
Normalmente me deprimía cuando estaba por llegar mi cumpleaños, el 16 de mayo de 2006 fue un día distinto, Maxi, mi profesor de Historia compró gaseosas y comestibles y en vez de dar clases me festejó el cumpleaños… lo que aprendí de él no me lo voy a olvidar nunca… era un exiliado, como yo, por eso creo que nos entendimos tanto.
Aquel 15 de septiembre de 2008 me enteré de que dos hombres, ambos por no quererme ni conocerme lo suficiente dañaron mi reputación y como en la canción de Arjona, quedé etiquetada por las primeras 6 letras de esa palabra… para ellos solamente… mis mejores amigos, apenas se enteraron me demostraron su apoyo de todas las formas habidas y por haber, Laury, Ary, Gas, Luisi y su novio, Carla, Cruz, Marian, Maca… todos creyeron en mí, al igual que mi madre que mandó de paseo a uno de esos hombres y todo mi Este querido, que a la distancia me brindaba su apoyo, incondicional como siempre
Dos mujeres hablaban en un baño sin saber que estaba dentro, iba a salir cuando escuché que se referían a mí, “¿cuándo vuela la pendeja?” le preguntó una a la otra “creo que el martes”, “menos mal, por suerte”… esperé a que se fueran, salí, me tomé una copa de vino y me senté, Teddy, que casi ni me conocía, se portó como los dioses conmigo, me entendía… He- Man, al principio me trató de señora, por la edad no doy para ser reina, pero esa noche fui su princesa y estar en esa fiesta pese a todo valió muchísimo la pena.
Obviamente habrá más momentos, más abrazos para dar, de algunos abrazos hablé tanto que si hablara más ya sería cargoso, prefiero quedarme con algunos guardados, para usarlos cuando sea necesario, cuando haga falta, cuando sienta que las palabras no sirven o que un beso es insuficiente, los abrazos nunca se acaban.... pero tampoco han de derrocharse, ¿qué más falso hay que un abrazo que no se siente??
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