Esas llamadas que nunca llegaron, mataron a aquel amor, que tenía el mejor destino, pero se quedó perdido en el camino... tía Ida y Ruben... por ustedes!
Les voy a contar una historia, de esas que no se pueden creer, de esas que llegan a lo más profundo del alma y que siempre, en menor o mayor medida terminan por afectarnos.
Ida Vila, una viuda de 40 años, oriunda de San Agustín, Balcarce conoce en Mar del Plata a Rubén Reynaldo Alonso, de 37 años, oriundo de Tres Arroyos, casado y con dos hijos pequeños.
Él por su trabajo como Ingeniero Civil viaja por toda la Argentina, mientras ella trabaja en una modesta peluquería de Luro y Catamarca, en la Feliz.
Ida y Rubén fueron felices... mientras estaban juntos no dejaban de demostrarse su mutuo amor, cuando estaban lejos intercambiaban poemas, cartas y postales o tomaban la impulsiva decisión de visitarse y tenerse el uno al otro.
Pasaron así diez años hasta que decidieron irse a vivir juntos a Córdoba con Oscar, el hijo de Ida. Rube seguía yendo y viniendo, de Córdoba a Buenos Aires, de Buenos Aires a Santa Cruz (donde vivían sus hijos) y de Santa Cruz a Córdoba.
Ida dijo basta en 1978 __ ¿O ella o yo?__ fue su planteo__ todavía soy joven y tengo derecho a ser amada por un hombre que me ame por completo.
Ruben se fue a Santa Cruz, pero ya cuando volvió a Córdoba encontró la casa vacía y una carta que decía adiós.
Pasaron los meses, él fue a buscarla y ella ya era de otro... se decepcionó, armó sus maletas y se fue hasta Ushuaia con su esposa e hijos.
Llegamos a 2010 e Ida, de 75 años de edad sueña con que Rubén está en su casa y la está llamando...
Se decide a llamar por teléfono, hay tres números distintos. Los primeros dos caducaron. Al tercero atiende Gustavo, el hijo menor de Rubén y le cuenta a Ida una verdad de la que tarde o temprano habría de enterarse:
Él murió de depresión tres años antes, luego de que su madre enviudara, su esposa lo dejara y su empresa quebrara...
Ida tiene sobre su mesita de luz la única foto que le queda con el amor de su vida, todas las semanas le cambia las flores... lo ama como desde el primer día y eso se nota en todo su ser...
¿Qué hubiera ocurrido con ellos si se hubieran buscado o si se hubieran encontrado al menos una vez más? ¿Qué hubiera ocurrido si la llamada se hacía unos años antes?... ¿Qué?...
Les voy a contar una historia, de esas que no se pueden creer, de esas que llegan a lo más profundo del alma y que siempre, en menor o mayor medida terminan por afectarnos.
Ida Vila, una viuda de 40 años, oriunda de San Agustín, Balcarce conoce en Mar del Plata a Rubén Reynaldo Alonso, de 37 años, oriundo de Tres Arroyos, casado y con dos hijos pequeños.
Él por su trabajo como Ingeniero Civil viaja por toda la Argentina, mientras ella trabaja en una modesta peluquería de Luro y Catamarca, en la Feliz.
Ida y Rubén fueron felices... mientras estaban juntos no dejaban de demostrarse su mutuo amor, cuando estaban lejos intercambiaban poemas, cartas y postales o tomaban la impulsiva decisión de visitarse y tenerse el uno al otro.
Pasaron así diez años hasta que decidieron irse a vivir juntos a Córdoba con Oscar, el hijo de Ida. Rube seguía yendo y viniendo, de Córdoba a Buenos Aires, de Buenos Aires a Santa Cruz (donde vivían sus hijos) y de Santa Cruz a Córdoba.
Ida dijo basta en 1978 __ ¿O ella o yo?__ fue su planteo__ todavía soy joven y tengo derecho a ser amada por un hombre que me ame por completo.
Ruben se fue a Santa Cruz, pero ya cuando volvió a Córdoba encontró la casa vacía y una carta que decía adiós.
Pasaron los meses, él fue a buscarla y ella ya era de otro... se decepcionó, armó sus maletas y se fue hasta Ushuaia con su esposa e hijos.
Llegamos a 2010 e Ida, de 75 años de edad sueña con que Rubén está en su casa y la está llamando...
Se decide a llamar por teléfono, hay tres números distintos. Los primeros dos caducaron. Al tercero atiende Gustavo, el hijo menor de Rubén y le cuenta a Ida una verdad de la que tarde o temprano habría de enterarse:
Él murió de depresión tres años antes, luego de que su madre enviudara, su esposa lo dejara y su empresa quebrara...
Ida tiene sobre su mesita de luz la única foto que le queda con el amor de su vida, todas las semanas le cambia las flores... lo ama como desde el primer día y eso se nota en todo su ser...
¿Qué hubiera ocurrido con ellos si se hubieran buscado o si se hubieran encontrado al menos una vez más? ¿Qué hubiera ocurrido si la llamada se hacía unos años antes?... ¿Qué?...
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